LO QUE SE ACABA EL 24 DE NOVIEMBRE
Con tristeza presencio la ceremonia en la que muchos se van a despedir del edificio que alberga a nuestro colegio. Lo mismo ocurrirá el 1° de diciembre con la sede Valparaíso de los SSCC. Lo que se está despidiendo es una forma de hacer ciudad. De expulsar a los edificios con historia y tradición hacia los extramuros, de alejar a las personas de sus entornos habituales y naturales, donde crecieron y se profundizaron sus raíces.
Se ha confundido raíces con bienes raíces y un valor del terreno determinó que en lugar de hacer ciudad (o sociedad o convivencia) en torno a nuestro pasado común, la ciudad se desintegra creando furúnculos en sus afueras mientras los centros históricos son abandonados a la suerte de las inmobiliarias y de nuevos ciudadanos que a su vez tienen sus raíces en otras partes.
Lamento mucho que en lugar de dar valor al entorno de nuestros colegios, se haya optado por abandonarlos y construir en otro lugar.
No puedo ni deseo acompañarlos en esta oportunidad. Voy a reflexionar desde la ausencia y meditar sobre cómo en muchos lugares la ciudad se desintegra y se segmenta. Y después nos quejamos de que existen verdaderos guetos protegidos por rejas electricas y guardias alertas, porque cada vez más nos juntamos con los iguales mientras se deteriora esa diversidad, ese respeto por el otro, por el diferente, por el complementario, con la que "los divinos corazones nos formaron".
Arturo Navarro
Se ha confundido raíces con bienes raíces y un valor del terreno determinó que en lugar de hacer ciudad (o sociedad o convivencia) en torno a nuestro pasado común, la ciudad se desintegra creando furúnculos en sus afueras mientras los centros históricos son abandonados a la suerte de las inmobiliarias y de nuevos ciudadanos que a su vez tienen sus raíces en otras partes.
Lamento mucho que en lugar de dar valor al entorno de nuestros colegios, se haya optado por abandonarlos y construir en otro lugar.
No puedo ni deseo acompañarlos en esta oportunidad. Voy a reflexionar desde la ausencia y meditar sobre cómo en muchos lugares la ciudad se desintegra y se segmenta. Y después nos quejamos de que existen verdaderos guetos protegidos por rejas electricas y guardias alertas, porque cada vez más nos juntamos con los iguales mientras se deteriora esa diversidad, ese respeto por el otro, por el diferente, por el complementario, con la que "los divinos corazones nos formaron".
Arturo Navarro
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