Gracias se escribe con amor
Desde hace muchos dias que no he tomado contacto con todos ustedes, por esta vía, y creo que les debo un fuerte abrazo a cada uno, por cada uno de sus mails, de sus mensajes telefónicos, de sus oraciones y fuerza, que he recibido desde todos lados y de todas las formas, les debo una sonrisa y les debo en resumidas cuentas, la vida de Marcela, han sido las oraciones, buenos deseos, buenas vibraciones, las que me han llegado cada dia, dándome fuerzas para no ceder ante la tentación del abandono, para seguir luchando hora a hora, dia a dia, visitando la clínica, atendiendo la casa, sacando el trabajo, empujando a los doctores a hacer su trabajo con ahínco, sin ceder ni un solo dia, todos estos esfuerzos han dado buenos resultados. Marcela, hace dos semanas, abrió los ojos y se comunicó con nosotros, nos habló y nos preguntó por cada uno, empezó a despertar y a sonreír y el fantasma de la enfermedad empezó a retirarse. El pasado Miércoles 9 de julio, después de 66 dias en la UCI, me llamó especialmente, para preguntarme por su enfermedad y en especial por sus pies y manos, ese dia, se dio cuenta y reconoció que ya no las tenia, y tuve que explicarle, junto al doctor, que debido a su grave enfermedad fue necesario amputarlas. Ahi empezamos un nuevo camino, que no será corto ni fácil, pero junto a todos y con el cariño que hemos recibido, no me cabe duda que lo haremos con fortaleza. Marcela se los agradece y yo ...toda la vida.
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